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CREEMOS que Dios es el Rey[1] Eterno[2]; que es infinito[3], Espíritu,[4] inmutable[5], perfecto[6] en santidad[7], sabiduría[8], bondad[9], justicia[10], poder[11] y amor[12]. Existe desde la eternidad[13] como el único[14] Dios Viviente[15] y Verdadero[16] en tres personas[17], el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo[18], de una sola sustancia[19], iguales en poder y gloria[20].

 

CREEMOS que el reino de Dios es eterno[21]. Desde su trono[22], a través de su Hijo, su Palabra[23] eterna, Dios creó[24], sostiene[25] y gobierna[26] todo lo que existe[27]: los lugares celestiales[28], las huestes de ángeles[29], el universo[30], la tierra[31], toda cosa viviente[32] y los seres humanos[33]. Dios creó buenas todas las cosas[34].

 

CREEMOS que Satanás, originalmente un gran ángel bondadoso, se rebeló contra Dios y se pervirtió. Fue arrojado de la presencia de Dios y, habiéndose llevado consigo una hueste de ángeles [35], como usurpador del gobierno de Dios estableció un reino antagónico de tinieblas[36] y maldad en la tierra[37].

 

CREEMOS que Dios creó a la humanidad a su imagen y semejanza, hombre y mujer[38], para mantener una relación con ellos y gobernar la tierra[39]. Bajo la tentación de Satanás[40], nuestros primeros padres perdieron la gracia[41], y como consecuencia trajeron pecado[42], enfermedad[43] y el   juicio divino de muerte a la tierra[44]. A causa de la caída, Satanás y sus huestes demoníacas tuvieron acceso a la creación de Dios[45]. Ahora la creación experimenta las consecuencias y efectos del pecado original de Adán[46]. Los seres humanos nacen en pecado[47], sujetos al juicio divino de muerte[48] y cautivos del reino de las tinieblas de Satanás[49].

 

CREEMOS que Dios no abandonó su soberanía sobre la tierra,[50] y sigue sosteniéndolo todo por su providencia[51]. Con el fin de traer redención, Dios estableció pactos[52] que revelan su gracia a los pecadores[53]. En el pacto con Abraham, Dios mismo se unió a su pueblo Israel, prometiendo librarlos de la esclavitud del pecado y de Satanás, y así bendecir a todas las naciones a través de ellos[54].

 

CREEMOS que como Rey, más tarde, Dios por sus actos poderosos redimió a su pueblo de Egipto[55] y estableció su pacto a través de Moisés, revelando su perfecta voluntad y nuestra obligación de cumplirla[56]. El propósito de la ley es traer orden a la raza humana caída[57] y hacernos conscientes de nuestra responsabilidad moral[58]. Por la obra de Su Espíritu, [59] Dios nos convence de nuestro pecado[60] y de Su justo juicio contra nosotros, [61] y nos lleva a Cristo, y solamente a Él, para salvación[62].

 

CREEMOS que cuando Israel rechazó el gobierno de Dios como Rey[63], Dios estableció la monarquía en Israel[64] e hizo un pacto incondicional con David[65], prometiendo que un heredero suyo restauraría el gobierno del Reino de Dios sobre su pueblo como Mesías para siempre[66].

 

CREEMOS que en el cumplimiento del tiempo[67], Dios cumplió sus pactos con Israel y sus promesas proféticas de salvación[68] enviando al mundo[69] a su único Hijo[70] Jesús concebido por el Espíritu Santo y nacido de una virgen, María[71], como verdadero Dios y verdadero hombre en una persona[72]. Él es tal como Dios deseaba que fuese toda la humanidad[73]. Jesús fue ungido como el Mesías de Dios y, con el poder del Espíritu Santo[74], inició el gobierno del Reino de Dios en la tierra[75], derrotó el gobierno de Satanás al haber resistido la tentación[76], predicó las buenas nuevas de salvación[77], sanó a los enfermos[78], echó fuera demonios[79] y resucitó muertos[80]. Reuniendo a sus discípulos[81] reconstituyó al pueblo[82] de Dios como su Iglesia[83] para ser instrumento en su reino[84]. Después de su crucifixión y muerte por los pecados del mundo[85], Jesús resucitó de entre los muertos al tercer día[86], y cumplió así el pacto de bendición dado a Abraham[87]. En su vida perfecta[88] y sin pecado Jesús cumplió las exigencias de la ley[89] y en su muerte expiatoria en la cruz[90] cargó el juicio de Dios por el pecado[91] que nosotros merecíamos como transgresores de la ley[92]. Con su muerte en la cruz también desarmó a los poderes demoníacos[93].

 

El pacto con David se cumplió al nacer Jesús de la casa de David[94] y con su ministerio mesiánico[95], su gloriosa resurrección de entre los muertos[96], su ascensión al cielo y su gobierno actual a la derecha del Padre[97]. Como Hijo de Dios y heredero de David[98], Él es el Mesías-Rey eterno[99], y extiende el Reino de Dios por todas las generaciones y por toda la tierra hoy[100].

 

CREEMOS que el Espíritu Santo fue derramado sobre la Iglesia con poder[101] en Pentecostés, bautizando a los creyentes en el cuerpo de Cristo[102] y dándoles los dones del Espíritu[103]. El Espíritu trae la presencia permanente de Dios a nuestro ser[104] para la alabanza espiritual[105], santificación personal[106], y edificación de la Iglesia[107]. Es Él quien nos dota para el ministerio[108] y hace retroceder el reino de Satanás[109] con la evangelización del mundo mediante la proclamación de la palabra de Jesús[110] y haciendo sus obras[111].

 

CREEMOS que el Espíritu Santo mora en cada creyente en Jesucristo[112] y que es el Ayudador[113], Maestro[114] y Guía.[115] Creemos en la llenura o capacitación de poder del Espíritu Santo[116] para el ministerio hoy[117], que a menudo es una experiencia consciente[118]. Creemos en el ministerio actual del Espíritu[119] y en el ejercicio de todos los dones bíblicos del Espíritu[120]. Practicamos la imposición de manos para la impartición del poder del Espíritu[121], para sanar[122] y para el reconocimiento y el equipamiento con poder de aquellos que Dios ha ordenado para dirigir y servir a la Iglesia[123].

CREEMOS que el Espíritu Santo inspiró a los autores humanos de las Sagradas Escrituras[124], la Biblia; ella es Palabra de Dios, y en ella no hay nada corrupto, ni nada errado. Es pura y perfecta para llevarnos a vida eterna [125]. Recibimos los sesenta y seis libros del Antiguo y del Nuevo Testamento[126] como nuestra autoridad final y absoluta, la única regla infalible de la fe[127] y práctica[128].   Creemos que el resumen de la ley y los profetas es amar a Dios con todo nuestro corazón, toda nuestra mente y todas nuestras fuerzas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos[129].

 

CREEMOS que este mundo está bajo el dominio de Satanás[130] y que todos los hombres son pecadores por naturaleza[131] y elección[132]. Por tanto todos los seres humanos están bajo el justo juicio de Dios[133]. Sin embargo, por medio de la predicación de las Buenas Nuevas de Jesús y el Reino de Dios[134] y la obra del Espíritu Santo[135], Dios regenera[136], justifica[137], adopta[138] y santifica,[139] a través de Jesús por el Espíritu,[140] a todos los que se arrepienten de sus pecados[141] y confían en Jesucristo como Señor[142] y Salvador[143]. Por ello son liberados del dominio de Satanás y entran en el gobierno del reino de Dios[144].

 

CREEMOS en una Iglesia [145], santa[146] y universal[147]. Todos los que se arrepienten de sus pecados y confiesan a Jesús como Señor y Salvador son regenerados por el Espíritu Santo[148] y forman el cuerpo viviente de Cristo[149], del cual Él es la cabeza[150] y del que todos nosotros somos miembros[151].

 

CREEMOS que Jesucristo encomendó dos ordenanzas a la Iglesia: el bautismo en agua[152] y la Cena del Señor,[153] a los que todos los creyentes tienen acceso.

 

CREEMOS que la base dada por Dios para la sociedad es la familia, formada por un ser nacido hombre y otro ser nacida mujer unidos en matrimonio[154] para convivir en un vínculo de amor en condiciones de igualdad,[155] y para criar a sus hijos en amor y en el conocimiento de Dios[156]. Creemos que la vida comienza en el momento de la concepción[157] y también que Dios es la fuente de la vida[158] y por lo tanto el único que tiene derecho a quitarla[159]. Creemos que el género, la raza y todo el diseño humano son sagrados, un designio y regalo de Dios, hecho a Su imagen y semejanza.[160]

 

CREEMOS que el Reino de Dios vino con el ministerio de nuestro Señor Jesucristo[161] y que sigue viniendo con el ministerio del Espíritu a través de la Iglesia[162]. Creemos que será consumado en la gloriosa aparición visible y triunfante de Cristo[163], a su regreso a la tierra como Rey[164]. Después de que Cristo regrese para reinar[165], ocasionará la derrota final de Satanás y de todos sus subalternos y obras[166], así como la resurrección de los muertos[167], el juicio final,[168] la eterna bendición de los justos y el eterno castigo de los malos[169]. Finalmente Dios será todo en todos[170] y su reino, su gobierno[171], serán cumplidos en los nuevos cielos y la nueva tierra[172], recreados por su soberano poder, en donde reinará la justicia[173] y donde él será alabado por siempre.[174]

— Edición de Septiembre 2020 —

 

[1] Salmos 95.3; Isaías 43.15.

[2] Deuteronomio 33.27; Isaías 44.6; Romanos 1.20.

[3] Salmos 147.5; Job 11.7-9.

[4] Juan 4.24.

[5] Santiago 1.17.

[6] Mateo 5.48.

[7] Isaías 6.3; 1ª Pedro 1.15-16.

[8] Salmos 104.24; Proverbios 2.6; Isaías 28.29.

[9] Éxodo 33.19; Salmos 31.19.

[10] Salmos 33.5; Salmos 31.19.

[11] Éxodo 15.6; Salmos 63.2.

[12] 1ª Juan 4.8.

[13] Isaías 43.13.

[14] Isaías 45.5; 1ª Corintios 8.4.

[15] Salmos 42.2; Salmos 84.2.

[16] Jeremías 10.10.

[17] Juan 1.18; Juan 10.30; Juan 14.16-17; Juan 14.26; Juan 15.26; 2ª Corintios 3.17-18.

[18] Mateo 28.19-20; 2ª Corintios 13.14; Apocalipsis 1.4.

[19] Juan 1.1; Juan 1.14; 2ª Corintios 3.17.

[20] Apocalipsis 5.13; Efesios 3.14-21

[21] Salmos 45.6; Salmos 145.13; Daniel 4.3.

[22] Salmos 93.1-2.

[23] Juan 1.1-3; 1ª Corintios 8.6; Colosenses 1.15-16; Hebreos 1.1-2

[24] Génesis 1.1; Salmos 95.3-5.

[25] Colosenses 1.17; Hebreos 1.3.

[26] Salmos 103.19; Salmos 104.24-29.

[27] Salmo 96.4-6.

[28] Salmo 89.11.

[29] Salmos 103.20-21.

[30] Colosenses 1.16-17.

[31] Salmos 104.5.

[32] Salmos 103.22.

[33] Salmos 22.28; Salmos 47.8.

[34] Génesis 1.31.

[35] Apocalipsis 12.7-9.

[36] 2ª Corintios 11.14; Colosenses1.13-14; Efesios 6.12.

[37] Marcos 3.22-26; Efesios 2.1-2; 1ª Juan 5.19.

[38] Génesis 1.26-27.

[39] Génesis 1.26.

[40] Génesis 3.1; Apocalipsis 12.9.

[41] Génesis 3.8; Romanos 1.21-23; Romanos 5.16.

[42] Romanos 5.12.

[43] Juan 5.14.

[44] 1ª Corintios 15.22.

[45] Juan 8.44; 1ª Juan 5.19.

[46] Romanos 8.20-23.

[47] Salmos 51.5.

[48] Ezequiel 18.4; Romanos 2.5; Romanos 2,12; Hebreos 9.27.

[49] Gálatas 1.3-5; Gálatas 4.8-9; Colosenses 1.13.

[50] Salmos 24.1.

[51] Salmos 96.10; Isaías 40.22; Hebreos 1.3.

[52] Romanos 9.4.

[53] Efesios 2.12.

[54] Génesis 17.3-8; Ver Génesis 12.2-3; Génesis 15.4-6; Romanos 4.3-5; Romanos 4.16; Romanos 4.20-25; Gálatas 3.6-9; Gálatas 3.13-14.

[55] Éxodo 15.3-18.

[56] Éxodo 19.3-6; Éxodo 24.3-4; Éxodo 24.7; Romanos 8.3-4; Romanos 8.12-14.

[57] Deuteronomio 5.1-3; Deuteronomio 30.15-18; Gálatas 3.23-25.

[58] Salmos 25.8-10; Romanos 7.7.

[59] Juan 15.26; Juan 16.8-11; 2ª Corintios 3.14-17.

[60] Romanos 7.13; Gálatas 3.19; Gálatas 3.21-22.

[61] Romanos 2.1-11.

[62] Gálatas 3.24; Filipenses 3.8-9.

[63] 1ª Samuel 8.6-8.

[64] 1ª Samuel 8.21-22; 1ª Samuel 9.15-16; 1ª Samuel 10.1; 1ª Samuel 10.24.

[65] 2ª Samuel 7.11-16; Salmos 89.34-37.

[66] Isaías 9.6-7; Isaías 11.1-5; Jeremías 23.5-6; Ezequiel 34.23.

[67] Marcos 1.15; Gálatas 4.4.

[68] Romanos 1.2-4.

[69] Juan 1.17-18.

[70] Juan 1.14.

[71] Lucas 1.30-35.

[72] Juan 1.14; Filipenses 2.5-7.

[73] Romanos 5.19; 1ª Corintios 15.22; 1ª Pedro 2.22; 2ª Corintios 5.21; Romanos 8.29.

[74] Lucas 3.21-22; Lucas 4.16-21.

[75] Marcos 1.14-15; Lucas 11.20; Lucas 17.20-21.

[76] Lucas 4.1-13.

[77] Lucas 4.43.

[78] Lucas 4.40.

[79] Lucas 4.41.

[80] Lucas 7.14-17.

[81] Marcos 1.16-17.

[82] Marcos 3.13-15.

[83] Mateo 16.18.

[84] Lucas 9.1-2; Lucas 10.1-17.

[85] Juan 1.29; Juan 6.51; 1ª Juan 4.9-10.

[86] Marcos 8.31; 1ª Corintios 15.3-5.

[87] Gálatas 3.13

[88] Hechos 3.14-15; Hebreos 4.15.

[89] Romanos 5.18-19.

[90] 1ª Pedro 2.24.

[91] Gálatas 3.13; 2ª Corintios 5.21.

[92] Romanos 1.18; Romanos 1.32; Romanos 2.12; 2ª Tesalonicenses 1.6-10.

[93] Colosenses 2.13-15.

[94] Mateo 1.1.

[95] Lucas 1.68-72; Lucas 2.10-11; Mateo 9.27.

[96] Hechos 2.24-28.

[97] Hechos 2.29-36.

[98] Romanos 1.1-4.

[99] Hebreos 1.1-3.

[100] 1ª Corintios 15.24-26; Efesios 1.19-23; Apocalipsis 5.5.

[101] Hechos 1.8; Hechos 2.1-4.

[102] 1ª Corintios 12.13.

[103] 1ª Corintios 12.4-7.

[104] Juan 14.16-17.

[105] Romanos 12.1; Efesios 5.18-20.

[106] Romanos 8.3-4.

[107] 1ª Corintios 14.12; 1ª Corintios 14.26.

[108] Romanos 12.4-6.

[109] Lucas 11.20; Juan 3.8b.

[110] Efesios 6.10-20.

[111] Juan 14.12-13; Romanos 15.18-19; 1ª Corintios 4.20.

[112] Romanos 8.9-10.

[113] Juan 16.7.

[114] Juan 14.26.

[115] Juan 16.13-15; Romanos 8.14.

[116] Lucas 24.49; Hechos 4.31.

[117] 1ª Corintios 2.4-5; 2ª Corintios 4.7; 2ª Corintios 6.4-7.

[118] Hechos 8.18-19; Hechos 19.1-2.

[119] Joel 2.28-29; Hechos 2.15-17

[120] 1ª Corintios 12.7-11; 1ª Corintios 14.1; 1ª Corintios 14.5; 1ª Tesalonicenses 5.19-21.

[121] Hechos 8.14-17; Hechos 19.6.

[122] Marcos 1.41; Lucas 6.18b-19; Marcos 16.18.

[123] Hechos 13.1-3; 1ª Timoteo 4.14; 2ª Timoteo 1.6.

[124] 2ª Timoteo 3.16-17; 2ª Pedro 1.20-21; 1ª Corintios 2.12-13; Juan 14.26.

[125] Salmos 19.7-9; Salmos 119.11; Salmos 119.30; Salmos 119.43; Salmos 119.89; Mateo 5.17-18;

Juan 3.34; Juan 10.35; 1ª Tesalonicenses 2.13; Apocalipsis 22.6.

[126] Lucas 24.44; 2ª Pedro 3.15-16; Apocalipsis 22.18-19.

[127] Isaías 40.8; Mateo 24,35.

[128] Mateo 7.21; Mateo 7.24; Lucas 1.38; Santiago 1.22-25.

[129] Mat 22:36-40

[130] Lucas 4.5-7; 1ª Juan 5.19.

[131] 1ª Corintios 15.22; Efesios 2.1-3.

[132] Romanos 1.21-23; Romanos 1.32.

[133] Romanos 1.18; Romanos 2.5; 2ª Corintios 5.10; Efesios 5.6.

[134] Marcos 1.14-15; Hechos 8.12; Hechos 28.12; Efesios 5.5.

[135] Juan 16.7-11.

[136] Juan 3.5-8; 1ª Pedro 1.23.

[137] Romanos 5.1-2; Romanos 5.9.

[138] Romanos 8.15; Gálatas 4.6.

[139] Efesios 5.25; Hebreos 13.12.

[140] 1ª Pedro 1.1-2.

[141] Hechos 2.38.

[142] Romanos 10.9.

[143] 1ª Juan 4.13-15.

[144] Colosenses 1.13-14; Filipenses 3.20.

[145] Juan 17.20-21; Efesios 4.3-6.

[146] 1ª Corintios 3.16-17.

[147] Mateo 16.17-18; 1ª Corintios 1.2; Efesios 2.18-19; 1ª Pedro 2.9-10.

[148] Tito 3.4-7.

[149] Romanos 12.4-5.

[150] Efesios 1.22; Efesios 5.23.

[151] 1ª Corintios 12.27.

[152] Mateo 28.19-20.

[153] 1ª Corintios 11.23-26.

[154] Génesis 2.20-24; Mateo 19.4-6; Efesios 5.21-33; 1Pedro 3:1-9

[155] Génesis 1.27-28; Génesis 13.8,

[156] Salmo 78:5-8; Deuteronomio 5.16, 6.2-7; Efesios 6:1-4; Proverbios 4.1-6; 2Corintios 12.14; Colosenses 3:18-21; 1Timoteo 5:4, 8

[157] Éxodo 21:22-25; Jeremías 1:5; Salmo 71:6;

[158] Salmo 36:9; Génesis 2:7; Hechos 17:25; Job 33:4

[159] Deuteronomio 32:39; Éxodo 20:13; 1Samuel 2:6

[160] Salmo 139:13-16; Génesis 5.1-2

[161] Daniel 7.13-14; Mateo 4.23; Mateo 12.28.

[162] Mateo 6.10; Mateo 10.7-8; Mateo 13.11; Juan 15.26-27; Romanos 14.17-18.

[163] Marcos 13.26; Hechos 1.9-11; Marcos 13.11; Juan 15.26-27; Romanos 14.17-18.

[164] Apocalipsis 19.11-16.

[165] Mateo 25.31-32; 1ª Corintios 15.23-25.

[166] Apocalipsis 20.10.

[167] 1ª Corintios 15.51-52.

[168] Juan 5.28-30; Apocalipsis 20.11-15.

[169] Mateo 25.31-46.

[170] 1ª Corintios 15.24-28.

[171] 1ª Timoteo 6.13-16.

[172] 2ª Pedro 3.13; Apocalipsis 21.5.

[173] Apocalipsis 21.27.

[174] 1ª Timoteo 1.17; Apocalipsis 7.9-12.