Como un *pastor que cuida su rebaño,
recoge los corderos en sus brazos;
los lleva junto a su pecho,
y guÃa con cuidado a las recién paridas.  ¿Quién ha medido las aguas con la palma de su mano,
y abarcado entre sus dedos la extensión de los cielos?
¿Quién metió en una medida el polvo de la tierra?
¿Quién pesó en una balanza las montañas y los cerros?  ¿Quién puede medir el alcance del espÃritu del Señor,
o quién puede servirle de consejero?
(Isa 40:11-13 NVI)
Él fortalece al cansado
y acrecienta las fuerzas del débil.  Aun los jóvenes se cansan, se fatigan,
y los muchachos tropiezan y caen;  pero los que confÃan en el Señor
renovarán sus fuerzas;
volarán como las águilas:
correrán y no se fatigarán,
caminarán y no se cansarán.
(Isa 40:29-31 NVI)